miércoles, 8 de abril de 2015

UNA SONRISA... LA MEJOR MEDICINA


¿Sonreír habitualmente nos hace más felices, aleja nuestras penas, permite recuperarnos con mayor rapidez de las operaciones y las enfermedades, o es uno de los típicos mitos que siempre se ponen de moda en épocas de crisis?|1




Siempre se ha escuchado el dicho de que “una sonrisa lo cura todo”, y no solo analizándolo desde el punto de vista emocional sino también desde la parte fisiológica de las personas.

Cuando una persona sufre de alguna enfermedad, y en algunos casos una enfermedad  crónica, quizás le quede difícil pensar que una sonrisa lo sanara o mejorara su condición. Todos ven una sonrisa como algo simple, como una actividad básica del cuerpo, pero realmente su importancia trasciende a algo más grande y verdaderamente grandioso.

La sonrisa no es solo un fenómeno del movimiento de unos músculos, es la recepción de conductas nerviosas que envían mensajes de bienestar y felicidad a todo el cuerpo, en  el área frontal del cerebro que se queda sin sangre ante lo negativo, las sombras, lo más oscuro del ser…, y se refugia y estanca sin dar paso a la libertad y a las emociones positivas, es desde este fenómeno que empieza el proceso de sanación.

Por eso es llamada  la mejor medicina, es  algo tan básico pero tan poderoso,  una de las técnicas de la inteligencia emocional, cuando sonríes no solo haces feliz a las demás personas, también te estás haciendo feliz  a ti mismo, un estímulo de felicidad libera tantas hormonas capaces de regular tu estado físico, mental y social.

No crees que sea posible que muchos de los dolores que acontecemos sean ocasionados por agentes externos, siendo así que ahora en día en la consulta con nuestro medico nos dicen que las molestias y las llamadas enfermedades  muchas veces son  ocasionadas por factores de estrés.

La historia de una mujer que un día apareció en su consulta con un montón de pruebas bajo el brazo que pretendían detectar sus continuos dolores de estómago, así como una acidez que la estaba matando, dentro de su conversación con el médico, este le hace una serie de preguntas sobre su vida y esta le comentaba como se destruía sus relaciones familiares y profesionales. Trabajaba en un departamento financiero de fusiones y adquisiciones, y su gran problema era la mala relación con su jefe, generándole esto un gran malestar.
El doctor le dijo que no iba a mandarle más pruebas, pero que sí iba a ponerla a prueba en otra cosa. Tenía que intentar sonreír a su jefe durante dos semanas seguidas. Eso era lo único que le pedía. Ella negó con la cabeza y le dijo que era imposible; aquel hombre le caía mal y ella era incapaz de sonreírle, ni siquiera de forma hipócrita. El doctor la despidió esa tarde sin demasiada confianza en su “medicina”.
Dos semanas después la mujer volvió a la consulta, y le dijo que era una mujer nueva, distinta. Le había hecho caso, no solo mejoro la relación con su jefe, sus compañeros de oficina y su familia, si no también consigo misma, y aquel dolor y acidez estomacal el cual  había sido su motivo de consulta, había mejorado.

1|www.justosotelo.es

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